Enfermedad Periodontal. Gingivitis y periodontitis.
¿QUÉ ES LA ENFERMEDAD PERIODONTAL?
La enfermedad periodontal (EP) es una infección causada por bacterias que se introducen debajo de la encía provocando su
inflamación.
Esta situación llamada gingivitis se complica en algunas personas, ya que la encía se separa del diente
formándose las bolsas periodontales. Esto permite que las bacterias lleguen al hueso que sujenta al diente y lo destruyan.
Cuando esto sucede hablamos de periodontitis y si no se pone remedio, el diente se puede perder porque ya no tiene soporte.
¿QUÉ SÍNTOMAS PUEDO TENER SI TENGO ENFERMEDAD PERIODONTAL?
1. Sangrado de las encías: Las encías sangran al comer o cepillarse los dientes o de forma espontánea. Es un signo
muy importante de enfermedad periodontal.
2. Sensibilidad dentaria
3. Movilidad dentaria: como consecuencia de la pérdida de encía y hueso.
4. Mal aliento o halitosis
5. Espacios entre los dientes: Al perder soporte óseo los dientes se descolocan y se separan.
6. Dientes largos: causado por una reducción de la encía y el hueso que sujeta a los mismos.
Si identifica cualquiera de estos síntomas en usted, familiares o amigos, no dude en advertiles que pueden sufrir
enfermedad periodontal, un proceso que cuando antes se trate, más fácil de controlar.
¿CUÁL ES LA CAUSA DE LA ENFERMEDAD PERIODONTAL?
La enfermedad periodontal está causada por la placa bacteriana, que es el conjunto de bacterias presentes en la superficie
de los dientes y de las encías. De ahí la importancia fundamental de la higiene oral personal, dirigida a eliminar la placa
bacteriana que continuamente se forma y deposita sobre los dientes.
Existe una cierta predisposición genética, aparentemente hereditaria, de padecimiento de la periodontitis, ligada a algunas
deficiencias del sistema inmunitario (dicho popularmente, « de las defensas») específico contra dichas bacterias.
FACTORES DE RIESGO.
• Factores genéticos.
• El mal control de placa: sin una correcta técnica de cepillado que elimine los depósitos bacterianos de dientes y encías,
el control de la periodontitis no es posible.
• El tabaco es un conocido factor agravante de la enfermedad periodontal, por lo que el fumar conlleva una respuesta peor a
los tratamientos, y un mayor riesgo de agravamiento de su evolución normal y de reactivación de la enfermedad.
• Estrés: el estrés puede disminuir las defensas del paciente, haciéndolo más susceptible a padecer la enfermedad.
• Enfermedades generales: la diabetes mal controlada o situaciones de baja de defensas del organismo, pueden aumentar el
riesgo de padecer enfermedad periodontal.
TRATAMIENTO
Tras realizar una historia médica del paciente se efectúa una exploración y estudio de cada caso periodontal mediante una
serie de pruebas específicas, como son un sondaje de la encía, varias radiografías, fotografías, y en ocasiones, toma de
muestra microbiológica.
Así se establece un diagnóstico preciso, determinando qué tipo de infeción tiene el paciente y qué tratamiento será el más
oportuno, a saber:
(i) eliminar los irritantes que retienen la placa bacteriana, como desbordamientos (salientes) de obturaciones («empastes»)
y coronas («fundas»), que deben ser corregidos;
(ii) eliminar los depósitos de placa bacteriana y de cálculo («sarro») situados por encima y por debajo del borde de la
encía, mediante un procedimiento de descontaminación periodontal denominado raspado
(iii) alisar las raíces para reducir la tendencia a acumular placa y cálculo, y
(iv) cuando las medidas anteriores no son suficientes, realizar algunas correcciones quirúrgicas de defectos.
(v) Desgraciadamente, a veces no existe más posible tratamiento que la extracción de uno más dientes, para evitar la
propagación de la enfermedad o eliminar la sintomatología de dientes muy afectados.
(vi) Además, para poder controlar y frenar la evolución de la enfermedad periodontal es imprescindible, aparte de una
cuidadosa higiene oral personal, la realización de periódicas visitas de control y mantenimiento al dentista
(cada 2-6 meses), consistentes en profilaxis (limpiezas) y ocasionales raspados de las irregularidades que los depósitos
microbianos provocan en las superficies de las raíces.
Esta fase es casi más importante que el tratamiento y debe ser
cumplida rigurosamente por el paciente, ya que es la única forma de garantizar el éxito a largo plazo del tratamiento.
¿CÓMO SE PREVIENE?
La mejor forma de impedir que esta enfermedad aparezca, o que una vez establecida evolucione destruyendo soporte óseo,
es la prevención. Es conveniente acudir al dentista con regularidad o cuando se detecte algún signo de alarma, como
inflamación en la encía o movilidad dentaria.
También es muy importante controlar y actuar sobre los factores de riesgo que influyen en la evolución de la enfermedad
como son la higiene bucal, el tabaco y el estrés.